Las Carmelitas Misioneras estamos en 40 países de los 5 continentes alrededor del mundo, siendo signo de comunión, testigos de la misericordia de Dios.

 

  En cada continente nuestra presencia se hace visible entre los pobres y necesitados, sedientos de paz, justicia y amor de Dios. 

Estamos donde la Iglesia nos necesita:

Las distintas comunidades se han ido estableciendo por el impulso y dinamismo misionero de la Congregación, y las peticiones y ofrecimientos de Obispos, Padres Carmelitas Descalzos, diversas Congregaciones Religiosas y otras entidades civiles. En la actualidad son 250 comunidades presentes en las 40 naciones, agrupadas en 5 Provincias, 3 Viceprovincias, 3 Delegaciones Generales, y cuatro Comunidades dependientes del Consejo General.

 Desde 1860 la Congregación se extendió:

1º) Por España, primeramente, en las regiones de Cataluña, Islas Baleares y Aragón Se llega a los otros 4 Continentes en las fechas y lugares indicados a continuación:

Se extiende a Europa, comenzando por Francia, en el año 1932.

2º) Nuestra presencia en América comienza con la primera salida de España a tierras extranjeras en el año 1910. Recibió esta primicia la nación Argentina.

3º) La India es la primera nación de Asia, que acoge a las Carmelitas Misioneras en el año 1954

4º) En África fue Mozambique la nación que primeramente abre sus puertas a nuestra Congregación, en el año 1964.

5º) Oceanía recibe a las primeras Carmelitas Misioneras en el año 2004. La primera comunidad se establece en Australia.

La orientación definitiva de su obra fundacional tiene lugar cuando la penetración del misterio de la Iglesia lo trasforma interiormente y le revela el sentido de su paternidad espiritual “Vuestra obra es la mía, y la mía y la vuestra es la obra de Dios”. A la luz del misterio de la Iglesia se le revela el significado de su llamada al Carmelo Teresiano. Dice: “Es voluntad de Dios que se forme una sociedad u Orden religiosa que reúna en sí toda la perfección, que encierran las Reglas dadas por Alberto Patriarca de Jerusalén al Carmelo y reformadas por nuestra Santa Madre Teresa de Jesús, y es voluntad de Dios, de la Santa y de los hombres, que se una a la perfección de la vida contemplativa la Actividad apostólica” (Cf. Cartas 77. 92.93 y Constituciones de 1872)

 

 

 

 

 

 

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